-Buenas tardes. Tenemos que hablar.
-¿Sobre?
-Ana Mato
-No va a dimitir. No le des más vueltas.
-Ya. Allá ella. Allá Rajoy. Pero voy más allá. Es el momento
de pedir la dimisión del Ministerio de Sanidad.
-Los entes no dimiten.
-Ese es el problema. Por eso hay miles de entes absurdos
casi con vida propia en la
España de la burocracia.
-A ver, explícate.
-El Ministerio de Sanidad no sirve para nada. Bastaría con
una secretaría general de Sanidad y Asuntos Sociales: un despacho. Con eso se
cubren las funciones realmente encomendadas a la Administración
central en un ámbito descentralizado cuyas competencias están en manos de todas
las consejerías autonómicas.
-No me parece mal.
-Ahora que los sanitarios están en pie de guerra por los
recortes a bisturí abierto, es el momento de un gesto. Y el gesto, no te
equivoques, es ése: cerrar el mamotreto estalinista del Paseo del Prado, y el
edificio de Igualdad de la calle Alcalá. Si haces cuentas, te ahorras una
pasta.
-¿Estas seguro?
-El Sistema Nacional de Salud ya no existe. Lo poco que
coordina, lo coordina el Consejo Interterritorial. Ese órgano… Con eso te lo
digo todo.
-Pero también hay criterios únicos en temas de farmacia, de
salud pública, de especialidades…
-Y por eso llevamos años dándole vueltas a los mismos temas.
Ya verás que cuando todo un ministerio se reduzca a un despacho, entonces se
pondrán las pilas.
-Imagínate que sale hasta el decreto ese de troncalidad…